miércoles, 3 de septiembre de 2008

Nuestra Señora de la Luz


La virgen milagrosa de Tolosa

Por Luciana González Atilli

Hace 28 años que la capilla ubicada en la calle 15 y 525 se convirtió en la Parroquia Nuestra Señora de la Luz, en homenaje a la réplica de la Virgen de los Ojos Grandes que allí se encuentra. La imagen fue traída de España, ya que es la patrona de la ciudad de Lugo, y es la figura principal de la capilla barroca dedicada a ella en la catedral de la ciudad.
Esta virgen, que se caracteriza por sus grandes ojos y por demostrar la actitud de amamantar al Niño Jesús, es conocida por sus milagros; tal es así que Alfonso X, el Sabio-rey de Castilla y de León-, le dedicó su composición poética LXXVII, en la que describe la curación de una mujer que recuperó su salud a los pies de la virgen, en la mismísima catedral de Lugo.
La réplica que se encuentra en la parroquia tolosana, fue tallada en madera y donada por la Diócesis de Lugo a la de La Plata, para que fuera colocada en una iglesia de algún barrio platense. El 8 de diciembre de 1976, tras su paso por la catedral y por la Parroquia Nuestra Señora del Pilar, la imagen llegó a la capilla que tiempo después sería la parroquia "Nuestra Señora de la Luz-Virgen de los Ojos Grandes".
EL DÍA DEL MILAGRO
El 6 de marzo de 1980 ocurrió un hecho maravilloso en la parroquia. A modo de travesura, tres chicos del barrio empezaron a tirarle piedras a los ojos de la virgen; de repente vieron cómo la imagen se empezó a mover y les sonrió mientras acunaba al Niño Jesús. Tras haber presenciado ese extraordinario suceso, los chicos divulgaron lo que acababan de ver pero, como en estos casos suele suceder, nadie les creyó.
Rato más tarde los niños movidos por la curiosidad y el asombro, volvieron a la capilla; pero como no se animaban a entrar porque sentían cierto temor, miraron hacia el interior a través de una ventana. Al lugar también había llegado un vecino, Benito Breitman, quien, debido al resplandor que vio desde su casa, creyó que había un incendio en el lugar. Al asomarse por la ventana, los cuatro vieron cómo la virgen acunaba al Niño Jesús, movía sus ojos, les sonreía y parecía querer hablarles. Tras semejante suceso, fue rápida la divulgación de lo ocurrido. La capilla se empezó a llenar de gente y llegó a haber más de cien personas, que rezaban y cantaban a la virgen milagrosa del barrio. "Antes la capilla no era muy concurrida, pero a partir de ese día empezó a venir más gente", señaló Andrés Magliano, sacerdote de la parroquia.
Desde aquel entonces no sólo se celebra el día de la Virgen cada 15 de agosto, sino que también hay fiesta parroquial con procesión cada 6 de marzo, ocasiones en las que la feligresía hace muestras de su devoción hacia ella.

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