viernes, 14 de agosto de 2009

Tras los pasos del maestro

Censura en la zona


Una prestigiosa entidad platense, edita una publicación, en donde además de resaltar la actividad que desarrolla, realiza diversas notas de los más diversos temas. En la última edición, tenían como programa de trabajo realizar un par de entrevistas en la zona y habían decidido convocar a un funcionario municipal de la región y a un comerciante.

Lo programado se estaba desarrollando de acuerdo a lo previsto.

Se hizo la nota con el funcionario, que resultó muy amena, y tras la misma el periodista comentó cual iba a ser su tarea posterior, o sea realizar la nota al comerciante.

Grande fue la sorpresa cuando días después, sonó su celular, y alguien muy importante del entorno del intendente, le dijo al periodista “Mirá, ese es de la contra, mejor buscate otro”.

Hay que aclarar que la revista cuenta dentro de su pauta publicitaria con un aviso de la Municipalidad, cosa por la cual Revista Tiempo ha insistido durante la gestión de Pablo Bruera, sin obtener ningún resultado positivo.


martes, 4 de agosto de 2009

Manos mágicas


Las armas, una pasión de toda la vida
Néstor López cuenta con una habilidad especial y a lo largo de su vida supo explotarla para dar rienda suelta a su pasión de restaurar diversos tipos de armas y realizar réplicas perfectas.
Muchos de sus trabajos están orientados a recuperar piezas arrumbadas y olvidades, que con mucho trabajo vuelven a lucir como nuevas, más de un siglo después de haber sido creadas. Siempre sostuvo que su meta es darle a cada pieza el aspecto que el artesano que la creó le proporcionó antes de entregársela a su dueño, cuidando cada uno de los detalles.
No es un obsesivo por el trabajo y reconoce que para iniciar cualquier trabajo tiene que sentir ganas de hacerlo. "Una vez que empiezo algo, puedo estar todo un d{ia trabajando sobre la pieza, pero es fundamental tener ganas y sentirse inspirado", nos dijo.
Vimos uno a uno los sables, los cascos de las distintas fuerzas y las réplicas de las armas antiguas y son verdaderas obras de arte, dignas de ser admiradas.
¿Como nace la pasión por la colección de elementos militares?
Cuando sos pibe, te gustan las armas y todo el mundo desconocido de lo militar. Y a través de la historia, me quedó la curiosidad de cómo había hecho Fray Luis Beltrán para armar a los 15 mil hombres que integraron el ejército con el cual San Martín cruzó los Andes. ¿Cómo un cura iba a encabezar semejante tarea? Y la respuesta era sencilla. En esa época no todos tenían los conocimientos necesarios. Se necesitaba una cierta instrucción a la cual muy pocos tenían acceso y precisamente los curas integraban ese círculo privilegiado.
Yo me preguntaba como había hecho Fray Luis Beltrán para diseñar las vainas, los sables, darle el temple a los metales, construir los cañones. Fue una pasión que tuve desde chico y eso me fue acercando a este mundo. El sable corvo de San Martín lo hice un montón de veces en todo tipo de materiales, hasta que finalmente pude armar con mis propias manos una réplica exacta del sable corvo que fue adquirido por San Martín en su estancia en Londres, poco después de dejar España y antes de embarcarse a Sudamérica. La imagen del sable la bajé de Internet y lo copie. El original lo tienen en custodia los Granaderos, luego que fuera robado de la Catedral Metropolitana.
¿Qué fue lo primero que hiciste?
El primer paso fue restaurar armas viejas, para después copiarlas. Sobre la misma arma, tratando de respetar los materiales usados, fui buscando devolverle el brillo y la prestancia que le había dado el artesano que la fabricó. La idea era dejarlo lo más original posible y si algo estaba roto, podrido para el caso de la madera o faltaba, lo hacía. Para el caso de los sables, lo mismo. Muchas veces, me he encontrado con piezas que estuvieron enterradas y hay que limpiarlas, quitarle el óxido y restaurarlo.
Un volumen de una Guía de Armas antiguas de origen español y una enciclopedia de armas de procedencia norteamericana, forman parte de los libros de consulta de Néstor López, en donde se reproducen imágenes de todas las armas de los más diversos orígenes y edades cronológicas, y se detallan los distintos mecanismos de funcionamiento.
¿Cómo te llega el material?
Con el tiempo la gente se fue enterando y te va trayendo cosas. Algunos quieren que se los restaure, otros te lo regalan porque no les interesa tenerlo o los venden. Así llegaron a mis manos un montón de cosas que forman la colección integrada básicamente por espadas, sables, cascos y réplicas de armas de fuego, copiadas en todos los detalles en su aspecto exterior, pero que carecen del mecanismo de disparo.
En cuanto a los sables tengo uno original de cada fuerza, algunos del siglo XIX. Las gorras también de representan a cada fuerza. Tengo uno del Regimiento de Caballería, otro de los Granaderos a caballo con el mascarón original de bronce. También tengo un casco de la Policía de 1900 de paño endurecido y el pico en el centro. No hay muchos originales de estos cascos, ni siquiera en la fuerza.
Dicen que hiciste una réplica de un mosquete tomando imágenes de una película?
Si, en la película El Patriota que protagonizó Mel Gibson. Hay una escena en donde un mosquete aparece en primer plano. Bueno, congelé la imagen y eso me permitió sacar todos los detalles y las medidas del arma para poder replicarla. Parece una escena filmada especialmente para que se pueda copiar el arma, porque se refleja cada paso de cómo carga y como tira, además de cada parte del mecanismo del disparador.
A qué aspiras a llegar?
Sigo coleccionando, es difícil tener nuevas piezas, pero siempre se presentan oportunidades de conseguir algo. Mi idea es armar una sala para poder exponer todos los elementos que tengo un tanto desperdigados entre el taller y mi casa.

Ferroclub de Tolosa


Un verdadero trabajo de hormiga

El próximo 30 de agosto se van a cumplir 122 años de la inauguración de los talleres ferroviarios de Tolosa, esa mole edilicia que albergó a ciento de trabajadores y que fue una de las bases del crecimiento poblacional de la localidad en sus albores.

Por tal motivo fuimos hasta el sector, para visitar las instalaciones del Ferroclub de Tolosa y enterarnos de la tarea que desarrollan los "enamorados" del riel, que desde hace más de una década en Tolosa, luchan por conservar el patrimonio ferroviario.

Y llegamos en un día de trabajo pleno. Un sábado en donde el descanso de la tarea habitual se transforma en trabajo. Por un lado se clava machimbre en el vagón dormitorio, por otro, se engrasan los bujes del guinche. Adolfo Lupinucci, el tesorero de la institución, hizo un alto para atendernos y mostrarnos las instalaciones, mientras un grupo de alumnos de Bellas Artes, cámara en mano, daban rienda suelta a su proyecto.

La historia dice que "Para dar un soporte técnico y de mantenimiento a toda la estructura ferroviaria se construyen los Talleres de Tolosa. Las obras estuvieron a cargo del Ing. Otto Krausse y comenzaron a partir de 1885. Estos constaban de una serie de instalaciones con una superficie de unos 22.000 metros cuadrados. Poseía mesa giratoria, galpón radial de locomotoras, playa de vías, abastecimiento de agua y generación de vapor y electricidad, depósitos y demás instalaciones complementarias. Su capacidad de guarda era de 24 locomotoras y 90 coches de pasajeros".

Una verdadera ciudad, pero "la crisis de 1890 produjo que solo utilizaran estas instalaciones en forma parcial. Hasta la década del sesenta se usaron dos de los galpones de Tolosa (herrería y ajuste). Otros dos se usaron como depósitos de materiales, mientras que otra parte fue cedida a la Policía. El galpón de vapor (último depósito de las vaporeras) fue demolido en 1999.

Adolfo Lupinucci nos dijo "La primera asociación que se creó fue el Ferroclub Argentino que se fundó en Buenos Aires el 30 de agosto de 1972 en los talleres de la Estación Coronel Lynch del FNGU. Su fin es nuclear a todos aquellos que tengan en común la pasión por el ferrocarril. El crecimiento producido a partir del grupo inicial hizo que aparecieran las Sedes ubicadas en distintos lugares, todos ellos relacionados con la historia ferroviaria".

Según nos contó "En Septiembre de l995 un grupo de ferroaficionados inició trabajos para la recuperación de la vaporera 3166. Aquella locomotora usada en la película con Brad Pitt, Siete años en el Tibet, filmada en 1997. Esta se encontraba descarrilada y abandonada en los Talleres de Tolosa. Además, comenzaron las reuniones las primeras reuniones del grupo. Se puede considerar al 1° de mayo de 1996 como la fecha de la fundación práctica de la Sede. En julio de 1997 ese grupo decide instituir oficialmente la sede Tolosa del Ferroclub Argentino y en octubre del mismo año la empresa TMR cede el galpón para el funcionamiento de la misma".

El antiguo Galpón de Herrería necesitó de mucho esfuerzo para sacarlo de su estado de abandono. "Se colocó el techo de tejas, los portones de acceso, instalación eléctrica, limpieza de las fosas, disposición de chatarra, retiro de tierra y basura, instalación de agua corriente, parquización, colocación de vidrios en las ventanas, recuperación de la playa de vías", nos dijo el tesorero del grupo.

El galpón tiene una forma de trapecio rectángulo. La original era de "T", pero una parte fue demolida para ampliar la playa de vías. Su frente actual tiene 43 m y la parte posterior 54 m. El lateral derecho (en ángulo recto) es de 40 m. Todo ello hace una superficie de 1940 metros cuadrados. La estructura posee tres naves, cada una con el techo a dos aguas con las tejas originales. Todo sustentado por diez columnas huecas y sus respectivas chimeneas (recordar que era el taller de Herrería).Tiene tres vías (una de ellas bi-trocha) y dos fosas operativas. El frente posee cinco portones de acceso, dos de ellos originales de madera, de los cuales uno fue totalmente restaurado. La parte posterior tiene dos portones de acceso (sobre las vías).

"A partir de su fundación ingresó a la Sede Tolosa un variado material rodante de distintas características y del cual podemos citar: Vaporera 3212; Vaporera 3166; Vagón metálico de carga; Guinche N° 529; Locotractor Unilock; Autovía FA (Zorra Pesada); Vagón tanque; Chata playa; Vagón vivienda; Zorra a bomba y Autovía O-297", se nos dijo.

Los trabajos encarados

En la actualidad el grupo se encuentra recuperando el vagón vivienda que se estima que es del año 1882. Estaba abandonado y semi quemado en el playón Tolosa. Tiene el chasis de madera y las ruedas con rayos, una verdadera curiosidad.

También están trabajando en refaccionar la casilla portante, con una antigüedad de más de 100 años que se rescató de la zona de 3 y 524 y que en un futuro va a tener un uso administrativo.

Uno de los problemas con los que tropiezan es la falta de tracción para el desplazamiento de los elementos, y por eso apuntan principalmente a la puesta en funcionamiento del locotractor unilock, que llegó por una donación de YPF y que tiene la particularidad de circular por vía o utilizando cubiertas

La comisión directiva está formada por Santiago Baeck como presidente; Matias Chiodini como secretario; Carlos Di Giglio como intendente; Adolfo Lupinucci como tesorero y Carlos Giusso como vocal. Los ingresos para hacer frente a semejante empresa son la cuota de los 30 socios que componen la institución y lo producido por la ONG Vias Tolosa, que realiza diversos trabajos.

Mientras en un sector se está restaurando a full la locomorora 3166, que funcionó en su época en la playa de maniobras de Tolosa, también se está trabajando para la construcción del museo.

"La implementación del Museo Ferroviario constituye uno de lo objetivos básicos de la Sede Tolosa del Ferroclub Argentino. Se trata de rescatar un pasado ferroviario -propio de la zona- a fin de transferir todos esos testimonios y vivencias a las futuras generaciones. El Museo funciona provisoriamente, como una muestra, en un vagón metálico de carga especialmente acondicionado a esos efectos. Mientras se prepara un lugar adecuado para su instalación definitiva-

El Museo llevará el nombre del Ing. Pedro C. Saccaggio como reconocimiento a quien tuviera una brillante trayectoria en los ferrocarriles y fuera un incansable impulsor del desarrollo tecnológico propio.

Actualmente cuenta con una primera colección de objetos ferroviarios además de diversos tipos de material rodante de características históricas y una exposición fotográfica. Se piensa recrear una réplica de una estación ferroviaria, para lo cual se cuenta con bancos originales, señales y hasta el cartel indicador de los horarios de la estación La Plata", señaló Lupinucci.

Y como novedad, en un sector especial, se destinó un espacio para los ferromodelistas, para que construyan su espacio.