viernes, 14 de mayo de 2010

En el arroyo de Ringuelet


Inmaculaba blancura en el barro pestilente Inmaculaba blancura en el barro pestilente Inmaculaba blancura en el barro pestilenteInmaculada blancura en el barro pestilente

En el cauce del arroyo del Gato, más precisamente en la zona limitada entre el puente de avenida 7 y calle 8, han aparecido una veintena de garzas blancas que reposan al sol, entre el lecho maloliente del curso de agua.

Dicen los encargados de la limpieza periódica del arroyo, en donde se instaló una barrera de residuos e hidrocarburos, que desde la última semana de abril comenzaron a verse cada vez más de estas aves, acompañadas de teros y otras especies de plumaje oscuro.

La vegetación de las márgenes les sirve de resguardo a la noche, mientras que al calentar el sol, sobrevuelan las aguas buscando su alimento.

El incremento constante de la contaminación de las aguas del arroyo del Gato llevó a que la vida en él fuera una utopía. Sin embargo, los vecinos coinciden en señalar que desde hace un tiempo se han visto cardúmenes de peces y hasta tortugas y eso lo atribuyen a la tarea que se está llevando a cabo con la barrera instalada a metros de avenida 7.

Ricardo Albornoz nos decía que “Hace cuatro décadas atrás, la gente se bañaba en el arroyo y hasta se pescaba”. Hoy se puede ver que este deporte está reapareciendo

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