domingo, 4 de julio de 2010

Todo dicho


Se acabó el circo

Se terminó la ilusión y de la manera más abrupta. Los mismos que nos metieron en la cabeza que estábamos para campeones, ahora nos instalaron la pregunta de si debe o no seguir Diego, al frente de la selección.

El fútbol sigue convertido en el circo que idiotiza a las masas, que construye ídolos de barro y los derriba de acuerdo al antojo de los que de alguna manera encontraron la forma de beneficiarse a través de él. El lunes, 48 horas después, del lapidario 4 a 0 con que Alemania nos despertó del sueño mundialista, todas las radios, llenaron sus programas con opiniones pro y contra Maradona, algunas saliéndose incluso del terreno deportivo.

El ego de los argentinos siempre lleva a creernos los mejores del mundo, y solo falta que nos acerquen un poquito de aire caliente para que comencemos a elevarnos como globo aerostático en nuestras ilusiones. Claro que después, el porrazo de volver a la realidad es muy fuerte.

Nos pasó con Basile, nos pasó con Bielsa, nos pasó con Peckerman y ahora con Maradona. Hace 20 años que Argentina no tiene “chapa” entre los mejores del mundo. La era Maradona, no fue brillante, ya que si bien se llegó al quinto partido del Mundial con puntaje ideal, tenemos que convenir que no se jugó contra nadie y la prueba está que a la primera exigencia seria, se fracasó rotudamente.

Primero se clasificó con el último aliento, con un equipo lleno de conflictos, que incluyó una goleada de Bolivia. Después, cuando se confeccionó la lista de mundialistas, quedaron afuera jugadores de jerarquía y desde entonces se dijo que había puestos desprotegidos. Para ejemplo, el caso de Zanetti que tuvo un gran año en el fútbol europeo. Por la derecha de la defensa, primero se improvisó a Jonás Gutiérrez, que no tuvo actuaciones felices y se cargó de tarjetas amarillas. Después fue el turno de Ottamendi que frente a México cumplió pero Podolski desnudó toda su inexperiencia y caminó mucho tiempo al filo de la expulsión.

Un cuerpo técnico incapaz de resolver situaciones. Diego Maradona hizo un curso acelerado, y lo reprobó. Nunca encontró el equipo. No instaló una ideología de juego y pocas veces acertó con los cambios. Fue claro, en cada presentación de Argentina en el Mundial, volantes lejos de los delanteros. Messi recibiendo la pelota detrás de la mitad de la cancha. Nunca logró conexión en la transición de una posición defensiva a una ofensiva. Los mejores momentos de Messi en el Mundial fueron con Verón en cancha, pero este no jugó contra los alemanes.

Tal vez contra Alemania se imponía un 4-4-2, pero a Maradona le costó sacar a Tevez, que venía de 2 goles contra México, y decidió morir con el mismo planteo del partido anterior, pero Alemania no es México. Messi, el goleador de Europa con 43 tantos, no pisó el área en el Mundial de Sudáfrica. Recibió la pelota siempre lejos del arco y tuvo que intentar generar todo el juego de ataque del equipo. El mejor jugador del mundo, desaprovechado.

El 4 a 0 nos volvió a la realidad. Se acabó el circo. En lo deportivo, otra vez nos dimos cuenta que no somos los mejores del mundo y dejaremos de creernos superpoderosos, por lo menos hasta que se ponga a rodas otra vez la pelota en un Mundial, esta vez bien cerquita: Brasil.

El 4 a 0 nos volvió a la realidad. Esa que nos marca que hay que hacer cola para conseguir combustible. Esa que dice que no hay plata para que los jubilados vivan dignamente. Esa que dice que las verduras, la carne, en definitiva, los alimentos aumentan y aumentan sin parar. Esa realidad que se palpa día a día en el común de la gente, pero no en la clase gobernante.

Pero la frutillita del postre es que el gobierno quiere que Maradona se postule para diputado en el 2011 y ya dividió las aguas entre los que lo critican y quienes lo adulan. Ahora se entiende porque fue tanta gente a recibir a la selección. ¿Habrá sido una convocatoria espontánea?


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