sábado, 3 de octubre de 2015

Los restos del Padre Santolín ya descansan en Tolosa

Finalmente se concretó el sueño de la comunidad parroquial de Nuestra Señora del Carmen y los restos del padre José Santolín, ya descansan en el atrio de la parroquia que lo tuvo durante cuatro décadas a su servicio y construyendo las bases de una comunidad educativa que hoy es orgullo en Tolosa. Santolín dejó su huella en Tolosa, con la creación del Jardín de Infantes, la escuela primaria y la secundaria de Nuestra Señora del Carmen, comunidad educativa que estuvo presente en la ceremonia. El 13 de setiembre, un día antes de cumplirse el décimo aniversario de su fallecimiento, ocurrido en Florencio Varela, los restos del cura, nacido en Italia, encontraron su morada definitiva. La ceremonia arrancó con la celebración de la santa misa, que estuvo a cargo del Arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Agüer, al que asistió el párroco de la comunidad Julio Cesar Veliche. En el ala derecha del templo se ubicaron los familiares del sacerdote fallecido, entre los que se encontraban sobrinos y sobrinos nietos, mientras que a la izquierda se ubicaron el intendente Pablo Bruera (que llegó cuando se estaba leyendo el Evangelio y se ubicó en primera fila junto a Pablo Pérez, mientras que en la otra punta del banco estaba el concejal y candidato a intendente José Ramón Arteaga, uno de los artífices de que el proyecto de traer los restos de Santolín a Tolosa. Durante el sermón, Agïer hizo referencia a su rol de visionario de Santolín, destacando que fue un adelantado en gestar un complejo educativo que permita brindar a la niñez y a la juventud de una educación de calidad. Finalizada la misma, el padre Veliche relató los pasos dados hasta llegar a la culminación del proyecto. “Cuando yo llegué a esta comunidad hace 4 años atrás, me puse al frente de esta iniciativa que tenían y se buscó concretarla. Por razones técnicas no se pudo hacer hace dos años atrás, pero ahora la empresa se coronó con éxito”. Tras ello, destacó la participación de Agüer, Bruera y Arteaga, cada uno en su rol, para llevar adelante la iniciativa. Una urna de madera color caoba, con manijones plateados conteniendo los restos de Santolín estuvieron frente al altar durante la ceremonia religiosa. Al finalizar la misa, alumnos del Jardín de Infantes y de la escuela primaria formaron un cordón, por donde pasó una especie de procesión. Un sobrino de Santolín cargó la urna hasta el sitio definitivo mientras que atrás se encolumnaron el Arzobispo, el cura párroco y el resto de los fieles que participaron de la ceremonia, incluido los familiares de Santolín. Una vez que se colocó la urna en la ermita y se la cerró con un mármol rosado que lleva una alusión a la fecha, Monseñor Agüer procedió a la bendición; una sobrina nieta del cura fallecido Victoria Santolín leyó unas palabras en donde puso de relieve la vocación de servicio de Santolín y su inmenso amor hacia la comunidad que acompañó durante 40 años. Luego fue el turno de un profesor de la escuela Néstor Carusso quien hizo referencia al motivo que los convocaba y por último se colocó una ofrenda floral. Las campanas de la parroquia sonaron en ese instante del mediodía dominguero como anunciando que todos podíamos retirarnos en paz. Recordemos que una vez que se completaron los trámites administrativos para el traslado de los restos, los mismos estuvieron depositados en una empresa fúnebre de Tolosa a la espera del día de la ceremonia. Mientras tanto, em el atrio parroquial se construía la ermita sobre el costado derecho y debajo de la imagen de la Virgen María.

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